dijous, 10 / novembre / 2005

Avui dos articles!

Avui publico dos articles, un a ABC i l'altre a Expansión, i cap dels dos parlant de l'Estatut! Els trobareu tot seguit.

BARRIOS SEGUROS Y ESCUELAS DIGNAS

Artículo publicado en ABC el 10 de noviembre de 2005

Vivimos estos días con el estupor de ver el lamentable espectáculo que nos muestran las imágenes en las que se ve “arder” Francia e intentando entender cómo alguien puede llegar a quemar coches, destrozar tiendas y, en definitiva, convertir su propio barrio en un auténtico infierno.

Se ha hablado mucho de las causas y los causantes, y creo que es imprudente, sobre todo desde aquí, intentar explicar de forma reduccionista la situación, estableciendo como única explicación el problema que está generando la inmigración en Europa, una Europa que sin duda no ha afrontado el fenómeno con la sensibilidad, la agilidad y la eficacia exigibles. Pero como decía antes, dudo mucho que el común denominador de los implicados en los altercados sea su origen o raza, sino más bien es su clase social y su situación precaria dentro de la sociedad francesa.

Como todos saben, los socialistas catalanes hemos tenido desde nuestros orígenes una preocupación, casi obsesiva, por el cuidado y mejora de las ciudades, de sus barrios, de los servicios de éstos y del bienestar de los ciudadanos en tanto que residentes de una determinada población. Barrios seguros y escuelas dignas es la consigna del Presidente Maragall. Nuestra tradición municipalista nos ha demostrado que los municipios son la administración desde la que mejor se gestionan los problemas del día a día de los ciudadanos, pero si la administración local no da respuesta también es cierto que es el ámbito local en el que de forma más abrupta afloran los conflictos sociales. Creo que eso es lo que precisamente ha pasado en Francia, mucha obsesión por la seguridad y poca por la integración social. Algunos ejemplos son claros, gobiernos de derechas que desbancaron a alcaldes de izquierdas prometiendo seguridad y mano dura, y que ahora sólo pueden recurrir a un insólito toque de queda, más propio de regímenes autoritarios que de la patria de las libertades.

Mano dura sin políticas de integración lleva a la ruptura social, los barrios si no son seguros llevan a la barbarie, la escuela si no es digna lleva a la desigualdad, el empleo si es escaso o precario en demasía lleva a la exclusión, la ciudadanía sin derechos no es ciudadanía. Nuestra obligación no es sólo aplicar la ley a quienes generan este tipo de incidentes, sino también y sobre todo, aplicar las políticas sociales y de integración necesarias para evitarlos. Con ello no estoy justificando el incivismo, ni mucho menos, estoy diciendo simplemente que la mejor forma de atajarlo es evitar que nazca, y que la mejor forma de evitar que nazca es que nadie, tal como pasa en los citados barrios franceses, se sienta como un elemento ajeno a la sociedad en la que vive. Los socialistas catalanes llevamos tiempo diciéndolo, y por eso estamos ejecutando un plan desde el Gobierno de la Generalitat para mejorar los barrios más necesitados de Cataluña, sin barrios dignos no hay ciudadanos dignos ni orgullos de pertenecer a la sociedad en la que viven.

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Un presupuesto social

Artículo publicado en Expansión el 10 de noviembre de 2005

El miércoles se presentaron los presupuestos de la Generalitat de Cataluña para el 2006. Al igual que con los dos anteriores presupuestos presentados por el Conseller Castells, queda demostrado que es posible mantener simultáneamente el signo progresista de unos presupuestos y el rigor y la responsabilidad en lo que se refiere a la reducción del déficit.

Estos son, sin duda alguna, unos presupuestos dedicados principalmente al incremento y mejora de las políticas sociales desarrolladas por el Gobierno de la Generalitat. Los tres presupuestos presentados por el gobierno catalanista y de izquierdas tras 23 años de gobierno conservador tienen un objetivo claro: el mayor bienestar de los ciudadanos. En este sentido, un dato aplastante y del que los socialistas catalanes nos sentimos planamente orgullosos es que, por segunda vez consecutiva, más de la mitad del gasto público se destina a las políticas sociales.

Un incremento que se plantea de forma responsable pues el panorama macroeconómico es sólido, es decir, la economía catalana avanza con paso firme y a buen ritmo. Por ello es posible al mismo tiempo aumentar un 12% los presupuestos y reducir un 21,5% el déficit. Un déficit, por cierto, acumulado por gobiernos anteriores que tuvieron entre otros a Artur Mas como máximo responsable de economía.

Estamos, por tanto, ante unos presupuestos ambiciosos, en los que no sólo se consolida el importante incremento inversor del 2005, sino que aumenta en un 10%, aumentando también de forma significativamente el gasto social. Unos presupuestos que aseguran un futuro de progreso y de mayor justicia social para Cataluña. Una ambición compatible con el rigor de un Conseller y un gobierno que han decidido que el dinero se puede gastar mejor y en otras cosas, que el dinero se puede destinar a los que más lo necesitan, que se puede dedicar a la educación, a la sanidad, a la investigación y, en definitiva, a los sectores más desatendidos durante muchos años por CiU, con el apoyo a lo largo de dos legislaturas del Partido Popular.