Recuerden estos nombres

Francesc de Carreras

Catedrático de Derecho Constitucional.

 

Los magistrados del Tribunal Supremo que dictaron la

incongruente sentencia en el cas Filesa se han dado prisa.

Conscientes de la debilidad de sus razonamientos y de los errores

en la apreciación de las pruebas, temen que el Tribunal

Constitucional admita a trámite el recurso de amparo que han

presentado algunos de los afectados. Saben que el artículo 56 de la

ley orgánica del Tribunal Constitucional permite que este

tribunal suspenda la ejecución de la sentencia cuando pueda

"ocasionar un perjuicio que hiciese perder al amparo su

finalidad". Y saben también que la doctrina del Tribunal

Constitucional en esta materia es la de suspender

la ejecución de la sentencia cuando lo que está en juego es la

libertad personal.

 

Entre muchos otros, un auto del Tribunal Constitucional del

12 de julio de 1993, que resolvía un caso similar, expresaba

con estas muy bellas palabras las razones de fondo que

justifican la suspensión: "La llibertad, como valor, inspira

la entera concepción constitucional desde su pórtic, donde

se invoca como el primer y principal de los pilares del sistema;

y entre las diferentes manifestaciones concretas de la libertad

destaca la libertad personal, soporte de todas las demás".

Pero los magistrados de Filesa tienen, según parece, otro

concepto de la libertad. Hay prisa. Los nombres de estos

magistrados son José Augusto de Vega Ruiz, Ramón Montero

Fernández-Cid y Luis Román Puerta. Recuerden estos nombres:

quizá alguno de ellos tiene futuro en la política.

 

 

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