dijous, 6 / novembre / 2008

El Canvi ha arribat



Sí, el Canvi ha arribat! Trobareu al final d'aquesta entrada l'article que, amb aquest títol, m'ha publicat avui l'ABC. Tampoc no us podeu perdre l'article d'Antoni Gutiérrez-Rubí que surt avui al diari Público sobre el discurs de la victòria pronunciat pel President electe Barack Obama la nit electoral que transcrivia ahir en l'entrada del meu diari.

Darreres dades de l'escrutini: Obama 349, McCain 163. Obama 53%, McCain 46%. Encara falten atribuir els vots d'Indiana i Carolina del Nord. Els demòcrates han arribat als 57 senadors, guanyant-ne 6, mentre els republicans retrocedeixen fins als 40, perdent-ne 6; queden encara tres escons de resultat molt ajustat. Els demòcrates han arribat als 256 membres de la Cambra de Representants, guanyant-ne 20, mentre els republicans retrocedeixen fins als 175, perdent-ne 20; queden encara 4 escons per assignar. Una gran victòria d'Obama i els demòcrates, un gran motiu d'alegria pels progressistes de tot el món.

EL CAMBIO HA LLEGADO
ABC, 6.11.08

El martes 4 de noviembre ya es una fecha para la Historia. Por primera vez un afroamericano accede a la Presidencia de los Estados Unidos, apenas cuatro décadas después de la ley que bajo el mandato de Lyndon B. Johnson proclamaba definitivamente la igualdad racial y la asunción de los plenos derechos civiles para las personas de raza negra.

Barack Obama se ha convertido en el 44º Presidente de los Estados Unidos, justo 44 años después de aprobarse la citada ley de derechos civiles. Entonces, y sólo con tres años de edad, el próximo presidente de la primera potencia mundial era un niño en una América que salía conmocionada del magnicidio de Kennedy y que escuchaba anhelante los discursos de Luther King, antes también de su fatídico asesinato.

J.F. Kennedy y Martin Luther King son referencias necesarias para valorar la trayectoria y el impacto de Barack Obama, su victoria y el futuro que le espera. Como Kennedy, ha supuesto un vendaval de cambio necesario, la renovación de la vieja política conservadora norteamericana; ha conectado con nuevas capas sociales, ha hablado a los jóvenes que no se implicaban en política pero rechazaban las políticas de Bush, como Kennedy ha revitalizado un partido demócrata en horas bajas después de la larga noche provocada por los neocon.

Como Luther King, Obama tuvo un sueño. King no pudo verlo cumplido, Obama sí. Como King, defensor de los derechos civiles, ha despertado conciencias y ha derribado barreras. Los que presagiaban que era demasiado pronto para que un afroamericano fuera presidente, y que citaban el efecto Bradley, como ejemplo de un voto oculto racista que luego no se ha producido, han podido comprobar que, por encima de todo, la esperanza de cambio, la catastrófica herencia económica de Bush y una guerra injusta carente de apoyo popular, han hecho posible una victoria por amplio margen.

Siendo éste un momento histórico, no debemos pensar en milagros. La victoria de Obama no implicará un cambio ni inmediato ni radical en la política de los Estados Unidos. Está por ver qué hará ante la crisis económica provocada por el capitalismo salvaje y que están padeciendo las clases medias y populares en Estados Unidos y en todo el mundo, qué reformas ayudará a introducir en el sistema económico y financiero internacional, qué será capaz de hacer para impulsar la maltrecha economía norteamericana y cómo piensa proseguir el combate contra el terrorismo internacional. En todo caso la ampliada mayoría demócrata en el Congreso y el Senado ha de facilitar que la impronta reformista del Presidente Obama se note desde enero.

Sin ingenuos triunfalismos, reivindiquemos la política democrática y el deseo de construir un mundo mejor, una sociedad más libre y más justa. Este es el mensaje de la victoria de Obama que celebramos desde ayer todos los progresistas.