DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, DON JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ  ZAPATERO, EN EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN
 
 Congreso de los Diputados, 11 de mayo de 2005
  
  Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
  Hace un año y casi un mes obtuve el respaldo de la Cámara como  Presidente del Gobierno. Tras este tiempo transcurrido confío más en España y en  los españoles. Mi confianza ha aumentado no sólo con la mayor posibilidad que  ahora tengo de conocer nuestra realidad y las actitudes de nuestra sociedad,  sino también al comprobar cómo se nos ve en el mundo y hasta qué punto España es  considerada una sociedad abierta y tolerante, que reconoce la diversidad, que  aspira a estar a la cabeza en los derechos de los ciudadanos, en la cabeza de la  causa de la igualdad; como una sociedad empeñada en el trabajo y en la  formación; como una de las sociedades con más posibilidades de aunar desarrollo  y cohesión social; como un país depositario y demandante de cultura; como una  nación que proclama como valores más preciados la paz y la solidaridad.
  Quiero comenzar por ello, Señorías, proclamando que con una  sociedad con estos valores y estas cualidades se pueden alcanzar cuantos  objetivos nos propongamos.
  Señorías,
  Empecé mi discurso de investidura con un homenaje a las  víctimas del atentado que sufrimos hace hoy catorce meses. Este mismo homenaje  quiero volver a rendirlo hoy a todas las víctimas de todos los actos  terroristas. Lo hago ahora como muestra de nuestra voluntad común frente al  dolor y la barbarie terrorista.
  Precisamente pensando en las víctimas, en diciembre de 2004  creamos el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas. Con él y la continúa  dedicación de distintos Ministerios, hemos cumplido con nuestra obligación de  ayuda y apoyo. Por los atentados del 11 de marzo se han concedido  indemnizaciones a más de 1.250 afectados, se han reconocido 411 pensiones, se  han concedido 214 nacionalidades y 932 permisos de residencia, se han  multiplicado las acciones sociales para apoyar a las víctimas y se han  incrementado en un 150 por 100 en relación con lo previsto para 2004 las  subvenciones concedidas a sus asociaciones, a lo que hay que añadir los  dieciocho millones que se han pagado a víctimas de ETA.
  Señorías,
  Nuestro país quiere ver erradicado el terrorismo, la única  lacra que perdura desde la transición democrática. Me comprometí en la  investidura a trabajar sin descanso contra todo terrorismo, a fortalecer el  Estado de Derecho y a que los caminos de la política y de la lucha contra el  terrorismo nunca se cruzasen. Pues bien, puedo afirmar que en esta materia he  cumplido el compromiso de mi investidura. 
  Recordaré lo que ha hecho el Gobierno: hemos creado el Centro  Nacional de Coordinación Antiterrorista; hemos creado el Comité Ejecutivo para  el Mando Unificado, para reforzar la dirección coordinada de la actuación de los  servicios policiales; desde el pasado año tenemos trescientos profesionales más  luchando contra el terrorismo internacional desde los Cuerpos y Fuerzas de  Seguridad del Estado y hemos vuelto a duplicar la cifra en 2005, y, en paralelo,  hemos incorporado 354 nuevos agentes en el Centro Nacional de Inteligencia, casi  todos ellos dedicados también a combatir el terrorismo internacional.
  Las investigaciones ulteriores a la tragedia del 11 de marzo  revelaron que teníamos deficiencias en el control de explosivos. Por eso, hemos  modificado el Reglamento de Explosivos, hemos dictado una Orden de Registro de  Movimientos y Consumo de Explosivos, y hemos iniciado el cambio del Código Penal  en materia de delitos de riesgo provocados por explosivos. Desde el 1 de  noviembre estamos realizando cada día doscientas inspecciones y se llevan ya  detectadas y corregidas 374 infracciones.
  Los resultados, Señorías, están a la vista: desde el 16 de  abril de 2004 se ha detenido a 175 personas por su presunta vinculación con ETA,  y por su relación con los atentados del 11-M se han producido 87 detenciones, 45  desde el 20 de abril de 2004, y 23 permanecen en prisión como imputados.
  Señorías,
  La política contra el terrorismo necesita dos condiciones: la  fortaleza del Estado de Derecho y la unidad democrática.
  La unidad significa compartir objetivos y eliminar de la  confrontación partidaria la política antiterrorista.
  En nuestra historia democrática han existido dos Pactos: el  primero fue el de Ajuria Enea y Madrid; el segundo, el Pacto por las Libertades.  De este último, suscrito entre el PSOE y el Partido Popular cuando éste era  Gobierno, me siento personalmente responsable, hasta el punto de haberlo  propuesto. Su objetivo principal es ver el fin del terrorismo, dar apoyo al  Gobierno en su política y excluir el terrorismo de la disputa partidista.
  Tal como lo firmamos, asimismo lo cumplimos. Hoy es un día  adecuado para recordar que el Pacto obliga cuando se está en el Gobierno y  también cuando se está en la oposición. Cuando se está en el Gobierno, se  agradece el apoyo; cuando se está en la oposición, hay que dar el apoyo y es en  esa situación cuando cumplir el Pacto tiene más mérito. Lo digo por experiencia.  
  Cuando fui líder de la oposición, di mi pleno apoyo al Gobierno  en la lucha antiterrorista y los ciudadanos así lo valoraron. Estoy seguro por  eso de que, si alguien niega ese apoyo, los ciudadanos le demandarán  responsabilidades.
  Señorías,
  En el Debate de Investidura me comprometí también a compartir  la política contra el terrorismo con el resto de las fuerzas políticas. Así se  ha hecho con la comparecencia del Ministro del Interior en la Comisión de  Secretos Oficiales y en el diálogo frecuente que he mantenido con las distintas  fuerzas parlamentarias, y así seguiré haciéndolo.
  Señorías,
  El Estado de Derecho ha demostrado su fortaleza y superioridad  frente al terrorismo. Lo saben los terroristas y también conocen, hoy más que  nunca, la inutilidad de la violencia, que sólo provoca dolor y horror. A todos  nos consta que hoy es mayor que nunca el número de vascos que rechazan la  violencia y ansían la paz.
  En el Debate de Investidura afirmé que esta Legislatura iba a  ser de gran trascendencia para esa aspiración tan profunda de la inmensa mayoría  de los vascos y de todos los españoles que es el final de la violencia. Hoy  reitero esa convicción. ETA sólo tiene un destino: disolverse y deponer las  armas. Como Presidente del Gobierno tengo el deber de trabajar para lograr ese  fin. Advierto que nadie debe hacerse ilusiones, porque la historia de ETA no lo  permite, pero mi obligación es trabajar por la esperanza.
  Señorías,
  Hoy reitero ante la Cámara que el fin de la violencia no tiene  precio político, pero la política puede contribuir al fin de la violencia.  Trabajaré sin descanso con todo mi Gobierno para alcanzar el fin de la violencia  y tengo la plena convicción de que los españoles apoyarán nuestro esfuerzo. Si  se diera el caso, me comprometo formalmente a acudir ante esta Cámara para  explicar los pasos a dar y para solicitar el respaldo de todos los grupos  políticos al logro de la gran aspiración de poner fin al terrorismo en  España.
  Señorías,
  Violencia y política no deben cruzarse. Por eso he querido  hablar primero del terrorismo y por eso he querido hablar primero de la vida y  la libertad de los ciudadanos, unos bienes que están más allá de cualquier  debate político. Y sólo después de hablar de aquello que debe estar antes y  fuera de la política, sólo después de hablar de la vida y la libertad de los  ciudadanos, es el momento de hablar de política, el momento de hablar de  nuestras distintas opiniones.
  Señorías,
  Hace ahora trece meses manifesté en mi intervención de  investidura que el resultado de las elecciones del 14 de marzo expresaba un  deseo colectivo de cambio y una fuerte carga de esperanza, pero también de  exigencia; ante todo, de exigencia de respeto a las promesas. Afirmé que haría  honor a la palabra dada.
  Por ello, retiré las tropas de Iraq y hoy España es firme  defensora de la legalidad y de la paz.
  Por ello, volvimos al corazón de Europa aprobando la  Constitución e impulsamos la Alianza contra el Hambre, a la vez que aumentamos  la Ayuda al Desarrollo.
  Por ello, conformé un Gobierno paritario y aprobamos la Ley  Integral contra la Violencia de Género.
  Por ello, hemos subido las pensiones mínimas hasta un 8 por  100, beneficiando a tres millones de pensionistas, hemos aumentado el Salario  Mínimo Interprofesional un 11 por 100 y hemos dotado al sistema educativo con  cincuenta mil nuevas becas.
  Por ello, hemos reconocido a los homosexuales el derecho al  matrimonio y hemos reformado la Ley del Divorcio.
  Por ello, hemos dado luz verde a la investigación con células  madre y aprobado el Proyecto de Ley de Reproducción Asistida.
  Por ello, hemos aumentado un 33 por 100 la ayuda a la vivienda  y movilizado cinco millones de metros cuadrados de suelo público estatal para  construir viviendas con protección pública.
  Por ello, hemos mejorado la estabilidad presupuestaria,  incrementado el presupuesto de I+D+i y la inversión en infraestructuras y  transporte en un 35 por 100.
  Por ello, hemos derogado el trasvase del Ebro, aprobado el  programa A.G.U.A., y tomado medidas para cumplir con el Protocolo de Kioto.
  Por ello, hemos aumentado las plazas de Policía y Guardia Civil  en 9.500 efectivos; las judiciales, en 250, y en 125, las de fiscales.
  Por ello, hemos acabado con la televisión de partido, nos hemos  sometido a un control parlamentario sin precedentes y hemos hecho del diálogo un  principio de actuación permanente.
  Por ello, Señorías, hemos recordado a los más olvidados, como  los españoles que viven fuera de nuestras fronteras, mejorando sus prestaciones;  a los que sufrieron, como los "Niños de la guerra", y hemos devuelto verdad y  dignidad a las víctimas y familiares del Yakovlev-42 y a los periodistas  españoles muertos cumpliendo con su deber en conflictos bélicos. Señorías, se lo  merecían y lo hemos hecho.
  Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
  Hace ahora un año enumeré los ejes que centrarían la actividad  del Gobierno. Hoy deseo, a la vez, realizar balance del año transcurrido y  trazar los objetivos para el próximo:
  He trabajado y trabajaré por una España plenamente europea y  comprometida con la paz;
  He trabajado y lo seguiré haciendo para que nuestra economía  crezca más y mejor, y genere más y mejor empleo;
  He trabajado y lo haré por una sociedad cohesionada, atenta a  las necesidades de los más débiles;
  He trabajado por una España tolerante y culta;
  He trabajado por una España segura;
  He trabajado y trabajaré, en fin, por una España plural e  integradora.
   Nuestra política exterior ha tenido como una de sus principales  líneas de fuerza el regreso al corazón de Europa. Conseguimos desbloquear la  negociación de la Constitución y, con el respaldo de todas las fuerzas políticas  de la Cámara, convocamos el referéndum sobre el Tratado, que se saldó con un  "sí" inequívoco de los españoles. Quiero agradecer a todos los grupos políticos  esa participación y el respaldo que dieron al Tratado Constitucional  europeo.
  Se han restablecido los fundamentos de una complicidad que  responde al sentir y los intereses de España, que es nuestra vocación europea.  Ahora tenemos por delante la negociación de las Perspectivas Financieras para el  período 2007-2013, una negociación difícil en la que se ha obtenido ya el  reconocimiento por la Presidencia del Consejo de turno de la especificidad del  caso español.
  Señorías,
  Nuestra decisión de desarrollar una política activa por la paz  y la seguridad que sea respetuosa con la legalidad internacional nos ha llevado  a jugar un papel importante en el seno de las Naciones Unidas en cuestiones  clave de su agenda, como el desarrollo, al que me referiré más adelante; la  defensa de los derechos humanos, con la firma reciente del Protocolo contra la  Tortura, y operaciones de mantenimiento de la paz, con la destacada presencia de  nuestros soldados en operaciones de Afganistán, los Balcanes y Haití. Hoy  nuestra bandera es enseña de paz y hoy nuestros soldados están donde el pueblo  español quiere que estén.
  En otro orden de cosas, nuestras relaciones con los países del  Mediterráneo, y en particular con nuestros vecinos del Magreb, Marruecos y  Argelia, han experimentado una mejora sustancial. Dentro de este marco hay que  situar nuestras acciones encaminadas a relanzar el Proceso Euromediterráneo, con  la Cumbre de Barcelona el próximo noviembre, y a redoblar los esfuerzos  desplegados por la paz en Oriente Medio en la esperanzadora coyuntura que  atraviesa la zona.
  El Gobierno también ha reorientado y reforzado los vínculos de  España con Latinoamérica. Nos hemos comprometido con el fortalecimiento  democrático, institucional y económico de los países latinoamericanos, y con sus  esfuerzos a favor de la cohesión social, así como con la protección de los  derechos humanos y las libertades fundamentales.
  Queremos también reforzar sustancialmente las Cumbres  Iberoamericanas. La próxima Cumbre de Salamanca debe permitirnos presentar un  paquete de propuestas concretas, que sin duda serán favorecidas por la creación  inminente de la Secretaria General Iberoamericana. Contamos con el respaldo de  los grupos de la Cámara para que la Cumbre sea un éxito. Además, España seguirá  promoviendo las relaciones entre la Unión Europea y América Latina, y confía en  que pronto se logre concluir el acuerdo con MERCOSUR.
  La relación trasatlántica se ha fundado, por su parte, en el  respeto mutuo y en la cooperación. Los diversos capítulos de nuestra agenda  bilateral con los Estados Unidos (económico, cultural, de seguridad y político,  entre otros) se desarrollan satisfactoriamente. La intensidad del intercambio  queda atestiguada por la densidad de los contactos entre los Ministros de los  dos Gobiernos, aunque es preciso reconocer las diferencias que persisten fruto  de nuestras decisiones sobre Iraq.
  Un eje fundamental de la política exterior española es la  política de defensa. Auténtica política de Estado, de acuerdo con el compromiso  que adquirí en el Debate de Investidura hemos decidido realizarla con consenso,  con transparencia y desde el cumplimiento más estricto de la legalidad  internacional. Con ello, la sociedad está hoy algo más cerca de sus Ejércitos  que antes del 14 de marzo.
  En este año hemos abordado, desde el rigor y la humanidad, la  tragedia del Yakovlev-42. Hoy los afectados se sienten atendidos y todos hemos  aprendido lecciones para proteger a quienes, a favor de la paz y en nombre de  España, arriesgan su vida fuera de nuestras fronteras.
  Conseguir que nuestros Ejércitos dispongan de los efectivos que  necesitan y de los que durante años vienen careciendo es el objetivo de la Ley  de Tropa y Marinería Profesional, que ya se encuentra en esta Cámara, y del Plan  de Calidad de Vida en buques y acuartelamientos que hemos puesto en marcha.
  Además, hoy el Parlamento es consultado y participa en la  gestación de decisiones, como nuestra participación en las misiones de  Afganistán, de Haití o de Indonesia, consultas que quedan reguladas en una ley  que marcará el modelo de defensa para la España del inicio del siglo XXI.
  Señorías,
  El camino que va desde los cuarteles hasta las misiones  exteriores pasará siempre en el futuro por este Parlamento. No habrá más desvíos  ni más intervenciones de espaldas a los ciudadanos.
  El Gobierno, por último, ha iniciado el cumplimiento del  compromiso de hacer de España uno de los países de vanguardia en la solidaridad  internacional con los desfavorecidos. Hemos cumplido con la palabra dada al  destinar en 2005 más del 0,3 por 100 del Producto Interior Bruto a Ayuda al  Desarrollo, la cifra más alta de nuestra historia, y cumpliremos también con la  palabra de alcanzar el 0,5 por 100 del Producto Interior Bruto en Ayuda al  Desarrollo al final de la Legislatura.
  Pero las novedades no son sólo cuantitativas; España se ha  convertido en uno de los promotores de la Alianza contra el Hambre; se ha  reformado la composición del Consejo de Cooperación para hacerlo más  democrático, abierto e inclusivo, y se ha aprobado el Plan Director de  Cooperación Española 2005-2008, que prioriza la atención a la mujer y que  promueve una nueva política de gestión de la deuda externa de los países objeto  de la ayuda, mediante la utilización de instrumentos como el intercambio de  deuda por inversión en educación.
  En resumen, a lo largo del primer año de esta Legislatura,  España ha regresado al corazón de Europa, ha restablecido unas relaciones  óptimas con nuestros vecinos, ha relanzado los vínculos con Latinoamérica y ha  contribuido a la causa de la paz y de la lucha contra el hambre.
  Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
  Ha sido, pues, un año de trabajo por una España resueltamente  europea y comprometida con la paz, y un año también de trabajo para lograr una  economía con mayor y mejor crecimiento, y más y mejor empleo.
  El pasado Debate de Investidura fue para la oposición el de las  profecías económicas, igual que éste será, con seguridad, el debate de las  profecías autonómicas. Se aseguró en aquel entonces por el Partido Popular que  las propuestas económicas que presenté generaban, literalmente, "muchas  incertidumbres". Por si no estaba claro, se añadió que --cito textualmente-- la  "inestabilidad institucional" derivada de mis planteamientos constituía "una muy  mala noticia para nuestra economía" y que la "falta de coherencia" de mis  propuestas económicas "tampoco ayuda a mantener la confianza  imprescindible".
  Reconocí expresamente que la situación de partida no era mala,  pero adelanté que el Gobierno se planteaba como objetivo conseguir más y mejor  crecimiento, y más y mejor empleo.
  Procuramos generar la confianza desde el inicio de nuestra  gestión, reafirmando el compromiso con la estabilidad presupuestaria sin  rigideces innecesarias y con la total transparencia de los datos reales de las  cuentas públicas.
  Decidimos abordar un conjunto de reformas estructurales para  lograr un modelo de crecimiento más dinámico y prolongado, basado en la mejora  de la productividad y sustentado, por tanto, en el conocimiento, la formación,  la innovación y el apoyo a la iniciativa empresarial, especialmente en el  exterior.
  Además de intensificar el crecimiento en empleo y de  incrementar la tasa de ocupación, resolvimos poner en marcha, por medio del  diálogo social, medidas que mejoren tanto la estabilidad, como la calidad del  empleo.
  Señorías, 
  Un año después, las profecías no se han cumplido. El Gobierno  puede afirmar hoy que España crece más y mejor, y que creamos más y mejor empleo  que hace un año.
  La economía española es hoy una de las más estables y  confiables de Europa. El crecimiento de nuestro Producto Interior Bruto en 2004  ha sido del 2''7 por 100, dos décimas más que en 2003, el mayor de los últimos  tres años, y la puesta al día de la Contabilidad Nacional elevará aún estos  datos con toda probabilidad. El crecimiento, por lo demás, fue más intenso en el  segundo semestre de 2004 y los indicadores de actividad y empleo apuntan a que,  seguramente, la economía española está creciendo por encima del 3 por 100 de  acuerdo con la nueva Contabilidad.
  Las expectativas de nuestra economía son favorables. La  síntesis de dichas expectativas puede expresarse, en el ámbito interno, en la  excelente marcha de la inversión empresarial en bienes de equipo, con  crecimientos interanuales cercanos al 10 por 100 en la segunda mitad de 2004,  que, además de ser los más altos desde 1999, reflejan la confianza de nuestros  empresarios en la evolución de la economía y, más allá, en el futuro de nuestro  país. En el exterior, las agencias de valoración crediticia más prestigiosas  otorgan a España la mayor solvencia, en el nivel de Estados Unidos, de Francia o  de Alemania.
  La aceleración del crecimiento se ha manifestado también  positivamente en la creación de empleo. Nuestra economía está creando ahora  empleo a un ritmo en torno al 4 por 100, que equivale a 675.000 puestos de  trabajo anuales más, según la Encuesta de Población Activa. España, dicho de  otro modo, crea cerca de la mitad del empleo generado en toda la Unión  Europea.
  El número de parados se redujo en 120.000 en 2004, invirtiendo  también aquí los datos negativos de los años más recientes. La tasa de paro se  ha situado en el nivel más bajo desde 2001. La femenina, que aún es muy alta y  que preocupa al Gobierno y a la sociedad, se ha situado en sus mínimos  históricos. La ocupación superó el 50 por 100 por primera vez en nuestra  historia y los últimos datos del primer trimestre muestran una tendencia  positiva para el conjunto del año. Ya conocen ustedes que el paro registrado  descendió en abril en 30.627 personas y que la EPA correspondiente al primer  trimestre estimó el descenso del paro en ese periodo en 63.800 personas.
  Todos los datos a los que vengo haciendo referencia me permiten  hacer un pronóstico importante: el próximo año tenemos la posibilidad de situar  la tasa de paro en una cifra de un dígito, por debajo del 10 por 100, por  primera vez desde 1979 y espero que con una vocación indefinida.
  Corrobora estos datos la afiliación a la Seguridad Social, que  aumentó a una tasa interanual del 3''5 por 100 en 2004, incrementándose en cerca  de 600.000 personas, el mayor crecimiento desde el año 2000. También conocen ya  los datos de abril: en ese mes la afiliación creció un 1''15 por 100, supuso la  afiliación de 193.106 personas más, el mejor dato de la historia en un mes de  abril, y llegó a alcanzar la cifra total de diecisiete millones y medio de  afiliados a nuestro sistema; una Seguridad Social, por cierto, a cuyo Fondo de  Reserva hemos aportado, en tan sólo un año de Gobierno, 7.200 millones de  euros.
  Una buena parte del comportamiento positivo de nuestra economía  y del empleo se apoya en tres opciones fundamentales: estabilidad presupuestaria  con transparencia, reformas y diálogo social.
  El compromiso con la estabilidad se ha reforzado con la  clarificación de la situación real de nuestras cuentas públicas, la elaboración  de unos Presupuestos Generales para 2005 con superávit y el propósito de  flexibilizar la concepción misma de la estabilidad para vincularla a la  coyuntura.
  Señorías,
  Hemos incorporado deudas que no habían sido adecuadamente  contabilizadas y presupuestadas por el anterior Gobierno: RENFE, la deuda con  Andalucía, las clamorosas infracciones a la normativa comunitaria de IZAR y del  lino, por no hablar de la deuda que tendremos que asumir en un futuro inmediato  en relación con Televisión Española. Este Gobierno sí, Señorías; este Gobierno  es responsable incluso cuando se trata de deudas contraídas irresponsablemente  por sus antecesores.
  Pese a esa asunción de deuda, las cuentas de 2004 terminaron  con un ligero déficit del 0''28 por 100 del Producto Interior Bruto, cercanas,  pues, al equilibrio. Si algunas de Sus Señorías prefieren que se utilicen los  sistemas de cálculo del Gobierno anterior y que se ignoren, pues, las deudas  citadas, el resultado hubiera sido un superávit del 0''4 por 100, mayor que el  registrado en 2003. 
  Es decir, Señorías, que crecemos más, creamos más empleo,  tenemos estabilidad presupuestaria y, encima, no trucamos las cifras.
  Como saben Sus Señorías, los Presupuestos de 2005 fueron  confeccionados contando con un ligero superávit del 0''1 por 100. Los que  estamos empezando a elaborar para 2006 irán también en la misma dirección y así  sucederá en los años siguientes de Legislatura.
  El escenario en el que se mueve la economía española es el  apropiado para avanzar con decisión hacia un modelo de crecimiento más sólido,  con mayor productividad, que es la garantía de la competitividad de nuestra  economía.
  Para asegurar el futuro necesitamos modernizar nuestras bases  de crecimiento, dinamizar y liberalizar la economía. El Gobierno desarrolla una  estrategia general de mejora de la productividad y del empleo que gira en torno  al Plan de Dinamización de la economía española, al Plan de Fomento Empresarial,  la reforma laboral en el marco del diálogo social y la reforma fiscal. 
  El Plan de Dinamización incluye reformas estructurales y  medidas contra las prácticas restrictivas de la competencia, apoyo a la  independencia de las instituciones reguladoras; de atención preferente a  sectores tales como telecomunicaciones, energético, transporte, servicios  postales o vivienda; de mejora de la competitividad de los mercados financieros  e impulso del capital-riesgo; de promoción de la Investigación, más Desarrollo,  más Innovación, con apoyo a la Universidad, organismos públicos de  investigación, gestión de las ayudas a las PYMES y el apoyo a inversiones en  empresas tecnológicas de nueva creación.
  Junto a ellas, se han tomado ya otras medidas relativas a la  mejora de la competitividad en el comercio exterior, como el Plan de  Internacionalización de nuestras empresas tecnológicas y la creación de la  Sociedad Estatal de Promoción de Inversiones Extranjeras, para desarrollar una  política activa de captación de las mismas, especialmente de empresas de  tecnología alta y media-alta.
  En el inmediato futuro el Gobierno se propone aprobar el Plan  de Fomento Empresarial, presentar el Plan Nacional de Reformas para cumplir con  el Objetivo de Lisboa y avanzar en los trabajos relativos a la reforma  fiscal.
  El Gobierno ha iniciado ya los trabajos para el diseño y  elaboración de la reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas,  que será remitida a la Cámara antes de fin de año con el objeto de que sea  debatida y aprobada en 2006 y entre en vigor en enero de 2007. El Impuesto se  simplificará y las rentas del trabajo saldrán beneficiadas.
  La buena marcha de la economía y del empleo se produce en el  marco del diálogo social, iniciado nada más constituirse el Gobierno. Su primera  manifestación fue la Declaración del 8 de julio pasado entre el Gobierno y los  interlocutores sociales, que abrió el marco para un acuerdo sobre  competitividad, empleo estable y cohesión social. El diálogo ha fructificado  igualmente en seis acuerdos, tan sensibles algunos de ellos como los relativos a  la inmigración o a la siniestrabilidad laboral, y están en marcha en lo que se  refiere al objetivo prioritario de la estabilidad en el empleo y la mejora de su  calidad, así como una Mesa específica sobre atención a las personas  dependientes.
  Señor Presidente,
  La apuesta por la Educación es una apuesta estratégica para  España. Las posibilidades colectivas de nuestra sociedad dependen de la  formación y, a la vez, la igualdad se construye con un reparto justo de  oportunidades, mientras la desigualdad se combate con una enseñanza de calidad  para todos.
  Por eso, en el ámbito de las competencias del Gobierno, la  educación ha sido una prioridad presupuestaria, especialmente en los capítulos  relacionados con la igualdad de oportunidades; singularmente, las becas y los  programas de apoyo y refuerzo. Tras una inyección extraordinaria de 36 millones  de euros en mayo pasado, se han incrementado un 10''5 por 100 adicional hasta  alcanzar más de los novecientos millones de euros en 2005 en política de becas y  de ayudas al estudio, cien millones de euros más que el presupuesto que el  último Gobierno.
  Cada euro que se invierte en becas se invierte por partida  doble: en igualdad, primero, y en futuro del país, además. Creemos en el futuro  de España y creemos en la igualdad. Las becas no se verán nunca más relegadas en  este país.
  La reordenación del calendario de aplicación de la LOCE ha  abierto un espacio de diálogo y debate para afrontar, con el mayor consenso  posible, las reformas que conduzcan a una generalización de la calidad que  atienda debidamente a la diversidad del alumnado, sin recurrir a una segregación  prematura, injusta y de efectos negativos para el conjunto de la población.
  El Gobierno considera esencial dotar al sistema educativo de la  ansiada estabilidad y está dispuesto a realizar todos los esfuerzos precisos  para alcanzar un gran pacto que la garantice por largo tiempo. Ése es el gran  objetivo: el pacto educativo. Lo desean las familias, lo necesitan los docentes,  lo merecen nuestros hijos y por ello pondré en conseguirlo mi mayor empeño.
  Nuestra enseñanza universitaria se ha empezado a incorporar al  Espacio Europeo de Educación Superior con la aprobación de los Reales Decretos  que regulan los títulos de Grado y Postgrado. Nada está hoy más globalizado que  el conocimiento y siempre que España ha optado por Europa ha acertado en su  elección.
  En otro renglón esencial para la mejora de la productividad,  como es la Investigación, más Desarrollo, más Innovación, los Presupuestos de  2005 se han incrementado en un 25 por 100 y en esa dimensión de crecimiento se  van a mantener en el resto de la Legislatura. Junto a ello, se han mejorado los  mecanismos de gestión y facilitado la cooperación entre Universidades,  organismos públicos de investigación y empresas, y se ha apostado por fomentar  la contratación estable de jóvenes investigadores de trayectoria reconocida y  por diseñar, con la reforma del Estatuto de los Becarios, una carrera exigente,  pero atractiva, para nuestros investigadores más jóvenes.
  Señorías,
  El Grupo Popular formuló hace trece meses la profecía de que no  podría llevar a cabo una política basada en el crecimiento y el empleo, y  cumplir las promesas de contenido social que formulé en el Debate de  Investidura. Esa profecía ha fracasado también en este asunto, Señorías.
  Hemos demostrado que podemos crecer más y mejor y que podemos,  a la vez, atender las necesidades sociales primordiales: hemos incrementado el  Salario Mínimo en más de un 11 por 100 y lo seguiremos haciendo hasta colocarlo  en 600 euros el 1 de enero de 2008; hemos mejorado las pensiones mínimas, hasta  en un 8 por 100 en algunos casos, y lo seguiremos haciendo hasta lograr un  aumento de las pensiones mínimas del 26 por 100, y la mejora de las condiciones  salariales y laborales de los funcionarios, de los empleados públicos, fue  pactada por el actual Ministerio de Administraciones Públicas y lo seguirá  siendo.
  Más crecimiento y más política social es posible. Lo siento por  el PP, pero lo celebro por nuestros trabajadores y pensionistas.
  En el segundo año de Legislatura la acción del Gobierno se  centrará en la implantación de la educación infantil; en la extensión urgente de  la red de banda ancha para llegar en esta Legislatura a todos los ciudadanos; en  la aplicación del Plan de Ahorro y Eficiencia Energética y del Plan de Fomento  de Energías Renovables que el Gobierno aprobará antes del verano; en incentivos  al empleo de la mujer y de los jóvenes; en la conciliación de la vida familiar y  laboral; en la aprobación del Estatuto de los Trabajadores Autónomos y en el  fomento del empleo estable y de calidad, que será objeto de una reforma  legislativa si, como todo apunta, se alcanza pronto el acuerdo entre los  interlocutores sociales.
  Señor Presidente,
  Anuncié también hace un año una acción decidida en materia de  vivienda. El Gobierno ha movilizado más de cinco millones de metros cuadrados de  suelo público, una cantidad superior a toda la liberada en los veinticinco años  anteriores, para la construcción de viviendas de promoción pública; reitero,  esto es movilizar más suelo público del Estado a favor de la vivienda protegida  en un año que en toda la democracia. Se ha aprobado y puesto en marcha, además,  un Plan de Medidas Urgentes en materia de vivienda y suelo, que refuerza  financieramente el Plan de Vivienda 2002-2005, mediante un incremento  presupuestario de un 32 por 100 más que en el año anterior y que introduce  también nuevas líneas de actuación para el fomento del alquiler. 
  Sólo en los últimos doce meses el Ministerio ha participado en  la salida al mercado de más de 150.000 viviendas protegidas, un tercio más que  lo ejecutado por el anterior Gobierno durante el año 2003; ha aprobado la  creación de la Sociedad Pública de Alquiler y trabajamos en una nueva Ley del  Suelo que será remitida a esta Cámara antes de fin de año.
  Comprometí también un nuevo impulso a las infraestructuras como  elemento sustancial para la mejora de la productividad de nuestra economía, para  la modernización de nuestro país y para la integración territorial y la cohesión  social.
  En infraestructuras de transporte, las inversiones ejecutadas  en el primer año de la Legislatura han alcanzado los 9.738 millones de euros,  superando en 1.855 millones la inversión media anual del período 2001-2003, lo  que supone un crecimiento del 23''5 por 100. Para 2005 el impulso a las  infraestructuras y el transporte se refleja en la dotación de unos recursos  totales (inversiones y saneamiento de RENFE) que crecen un 35''8 por 100  respecto a 2004. 
  Al tiempo que hemos saneado la situación financiera de RENFE,  hemos impulsado la ejecución de los corredores del AVE y hemos dado, asimismo,  un impulso a grandes corredores viarios estructurantes: la Autovía del  Cantábrico en Asturias y Galicia; la conocida como Ruta de la Plata y el cierre  del Eje Mediterráneo en Andalucía. Hemos adelantado la ejecución de los Planes  Directores de diversos aeropuertos y en los Presupuestos de 2005 hemos  incrementado los recursos financieros para las inversiones en puertos en un 40  por 100 respecto a 2004.
  Galicia ha ocupado un lugar preferente dentro de estas  actuaciones con realidades, recursos presupuestarios y planes de ejecución a  fecha fija y no mediante dibujos en el aire. Ya en el año 2004 ejecutamos  inversiones por más de 530 millones de euros en Galicia, lo que supone un  incremento del 56 por 100 respecto a la inversión media de la pasada  Legislatura, y en 2005 hemos incrementado los recursos destinados al Plan  Galicia en un 53,8 por 100 respecto a 2004. Éstas son las verdaderas cifras y  ésta es la realidad que no pueden ocultar ni la palabrería ni la propaganda.  Galicia está en la preocupación de este Gobierno que no le volverá la espalda a  ninguna parte de España ni en los buenos tiempos ni tampoco, si llegaran, en los  malos.
  En lo que se refiere al desarrollo sostenible, la reorientación  de la política del agua a que me comprometí en el discurso de investidura se ha  plasmado en el Programa A.G.U.A. (Actuaciones para la Gestión y Utilización del  Agua), que afecta a toda España, pero que contiene medidas urgentes para las  cuencas mediterráneas desde junio de 2004. Estamos trabajando, pues; tomando en  consideración el valor económico, el valor social y el valor ambiental del agua,  es decir, haciendo una política a largo plazo, y a la vez procuramos dar  respuesta a los problemas inmediatos y atender el corto plazo. Por eso, hemos  declarado de emergencia obras por un valor de 115,5 millones de euros, declarado  de urgencia obras por valor de 185 millones de euros y hemos puesto en marcha un  Programa A.G.U.A. para Castilla-La Mancha con una inversión de casi doscientos  millones de euros en 2005, y programas especiales para Murcia, Ceuta y  Melilla.
  También se ha dado un gran impulso a la política de regadíos  como instrumento fundamental de modernización y defensa del medio ambiente. A 31  de diciembre de 2004 se logró ejecutar el 98% de lo previsto para dicho año en  materia de política de regadíos.
  En lo tocante al compromiso de Kioto para la reducción de gases  de efecto invernadero, el anterior Gobierno siguió una política, Señorías, a  medio camino entre Europa y los Estados Unidos: firmó el Protocolo, como Europa,  pero no lo aplicó, como los Estados Unidos. Ahora, además de firmarlo, lo  estamos cumpliendo.
  Tenemos una ocasión excepcional para impulsar las inversiones  tecnológicas que reduzcan nuestra dependencia del petróleo, impulsen nuestras  energías renovables y potencien a las empresas españolas en el exterior. Quiero  agradecer expresamente el esfuerzo que vienen realizando las distintas  Administraciones, las empresas más afectadas y las Organizaciones No  Gubernamentales para el desarrollo del cumplimiento del Protocolo de Kioto.
  Por otra parte, el Gobierno ha respondido a las excepcionales  situaciones a las que ha tenido que enfrentarse el mundo rural y pesquero,  aprobando medidas urgentes para paliar los daños sufridos como consecuencia de  las heladas, de las inundaciones y de la subida del precio del gasóleo, y como  las que adoptará, sin duda alguna, para afrontar la ya segura sequía.
  Quiero mencionar dos actuaciones de importancia en política  pesquera: la recuperación del diálogo con Marruecos y los excelentes resultados  obtenidos en el Consejo de Pesca de la Unión de diciembre de 2004 sobre cuotas y  capturas para 2005, que aseguran la estabilidad de nuestra flota y de nuestros  pescadores. Además, se está elaborando el Proyecto de Ley para la Orientación  del Desarrollo Rural y la Agricultura, que será un valioso y eficaz instrumento  para fomentar la participación y el reconocimiento de la mujer en el ámbito  rural y la incorporación de jóvenes al campo, y que configurará las relaciones  institucionales en el ámbito agrario.
  Señorías,
  A lo largo de este primer año de Gobierno en una política  destinada a mejorar nuestra cohesión social hemos dado también un fuerte impulso  a las políticas orientadas a mejorar la salud de los españoles y las  expectativas que la ciencia abre en este terreno a todos nosotros.
  La aprobación de Proyectos de Ley como el de Reproducción  Asistida o aquellos otros como los que afectan a regular la venta, el  suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco; la  aprobación y revisión de distintas Estrategias de nutrición, actividad física y  prevención de la obesidad; la revisión de la Estrategia Nacional sobre Drogas,  las Estrategias de Cáncer y de Cardiopatía Isquémica y las muy próximas  Estrategias de Salud Mental y de Diabetes; la aprobación de un Plan Estratégico  de Política Farmacéutica para el Sistema Nacional de Salud; el Real Decreto de  Especialidades de Enfermería; la atención hacia la Organización Nacional de  Trasplantes, uno de los mejores exponentes de la solidaridad de los españoles, o  las modificaciones y desarrollos normativos precisos para permitir la  investigación con células-madre embrionarias y la firma de acuerdos con tres  Comunidades Autónomas para constituir grupos de investigación de vanguardia, con  una aportación conjunta de 54 millones de euros; todos ellos dan idea del  esfuerzo realizado.
  En todas estas actuaciones nos ha guiado un principio: las  creencias son muy respetables, pero no pueden ni deben frenar el avance de la  ciencia ni impedir la curación de los ciudadanos.
  La acción del Gobierno en este año ha tenido una manifestación  que me satisface particularmente y lo van a comprender enseguida: la aprobación  de una serie de planes especiales destinados a corregir los déficits acumulados  a lo largo de decenios de abandono por parte de algunas zonas singulares del  territorio nacional, que son las que más población pierden y donde menos tasa de  ocupación existe. Así lo hemos hecho con el Occidente de Castilla-León, con las  provincias de León, Zamora y Salamanca; con el impulso al Plan Galicia; con el  Plan especial para Extremadura o, recientemente, con la provincia de Soria, y  anuncio que el siguiente capítulo de acción especial del Gobierno estará  referido a la provincia de Teruel. Así lo haremos en este segundo año. 
  Señor Presidente,
  Mayor esfuerzo para el acceso a la vivienda; liberación de  suelo público para vivienda protegida; mayor inversión en infraestructuras,  planificadas, en una red que comunique y desarrolle; sostenibilidad ambiental;  fortalecimiento del Sistema Nacional de Salud; apuesta por el desarrollo rural y  la agricultura y el mantenimiento de nuestra flota pesquera y planes especiales  para las zonas más desfavorecidas del país. 
  Para el futuro, que a partir de hoy empieza, comprometo ahora  para fechas inminentes las siguientes actuaciones: un nuevo Plan de Vivienda  2005-2008; también la aprobación de una nueva Ley de Montes para, entre otras  cosas, impedir el cambio de uso del suelo en un plazo de treinta años cuando se  produzcan incendios y para crear una Fiscalía de Medio Ambiente como arma de  lucha contra los delitos ecológicos.
  Señor Presidente,
  Ha sido un año de trabajo por una España plenamente europea y  comprometida con la paz; un año para lograr más y mejor crecimiento, más y mejor  empleo; un año de trabajo por una sociedad cohesionada y atenta a las  necesidades de los más débiles. Ha sido también un año de trabajo por una España  tolerante y culta.
  Las conquistas sociales son a la vez, Señorías, conquistas  cívicas, porque los hombres y mujeres somos más libres y, por ello,  desarrollamos una vida más digna cuando el Estado nos garantiza derechos que nos  ayudan a cubrir nuestras necesidades esenciales.
  Hablé en el discurso de investidura de protección frente a la  dependencia como expresión del derecho a la autonomía personal: la de quienes no  pueden valerse por sí mismos y necesitan ayuda para hacerlo, y la de quienes  doblan su jornada, generalmente mujeres, para atender a sus familiares mayores,  menores o discapacitados. Hoy puedo anunciar que en el último trimestre del año  el Gobierno aprobará la Ley de Dependencia como cuarto pilar del Estado del  Bienestar.
  Hablé de igualdad de la mujer, porque aún hoy sigue siendo  preciso adoptar medidas para remover los obstáculos que frenan su igualdad real  y efectiva, para asegurar su incorporación en condiciones de igualdad al  trabajo, a la promoción profesional y al disfrute de condiciones laborales  equitativas, para erradicar la violencia de género, para favorecer el reparto  equilibrado de las cargas familiares y domésticas, y para atender sus singulares  riesgos de salud.
  Las hemos tomado, efectivamente. Recordaré solamente la  brillante aprobación de la Ley Orgánica Integral de Medidas contra la Violencia  de Género por la que quiero felicitar a todos los Grupos a la vista del apoyo  unánimemente prestado. También, en su desarrollo, la creación ya efectiva de  Juzgados especiales de violencia contra la mujer y de la Delegación del Gobierno  contra la Violencia de Género o la dotación de un Fondo para la creación de  establecimientos de acogida. También, el Plan especial de Igualdad de la Mujer  que, con carácter interministerial, se aprobó en marzo último. También, la  creación del Observatorio de Salud de la Mujer.
  Puedo anunciar ahora que el Gobierno aprobará en los próximos  meses la Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres. Será otro paso más que daremos  juntos con toda la sociedad española para que nuestro país sea otra vez modelo  de igualdad y de tolerancia.
  En la investidura hablé también de mi compromiso con la  modificación del régimen del matrimonio para facilitar y desdramatizar los  procesos de divorcio y para reconocer el derecho a contraer matrimonio, en  régimen de estricta igualdad, a las parejas homosexuales.
  Soy consciente de que ésta última es una de las medidas más  polémicas entre las que hemos aprobado. No calificaré los argumentos que se han  utilizado para oponerse a este cambio social; pero sí diré que no se puede negar  la libertad a una parte de nuestros compatriotas cuando el ejercicio de esa  libertad no perjudica a nadie. Por eso, nunca entenderé que se proclame el amor  como fundamento de la vida y se niegue tan radicalmente el amparo, la  comprensión y el afecto a nuestros vecinos, a nuestros amigos, a nuestros  familiares, a nuestros compañeros. ?Qué clase de amor es ese que excluye a  quienes viven su sexualidad de modo distinto?
  Varios han sido, Señorías, los sectores sociales que han  recibido una atención singular del Gobierno en este primer año de trabajo; pero  hay un colectivo con el que me siento especialmente obligado: los jóvenes de  este país. Muchas de las políticas reseñadas les afectan directamente: becas,  vivienda y empleo; pero no es suficiente. Precisamente por ello, en este segundo  año de la Legislatura reformaremos el Instituto de la Juventud, ensancharemos  los cauces para asegurar su participación y aprobaremos el Plan de Juventud  2005-2008 que les reconozca el papel que les corresponde en esta etapa de cambio  en el ámbito educativo, laboral y de participación cívica en nuestro país.
  En el discurso de investidura me referí también a la  inmigración. Nuestra política ha consistido en esta materia en poner orden donde  había desorden, en poner legalidad donde había ilegalidad, en lograr acuerdos  sociales y en mejorar las políticas de integración con una idea esencial:  vincular inmigración a trabajo, a asociar la idea de inmigración a lo que  representa integración laboral y reconocer a la inmigración como uno de los  factores que están siendo muy positivos en nuestro crecimiento económico.
  Para ello, hemos tomado las siguientes decisiones:
  Primera, el Reglamento de Extranjería, elaborado con pleno  consenso de los sindicatos, empresarios y organizaciones sociales, con un amplio  respaldo en esta Cámara, previo a un proceso extraordinario de regularización de  inmigrantes que ha concluido con éxito. En los tres meses que ha durado se han  presentado solicitudes para regularizar 691.674 personas, de las que ya se han  resuelto 197.558; 181.777, en sentido positivo. Quiero desde aquí agradecer el  esfuerzo ejemplar de todos los trabajadores y funcionarios del ámbito del  Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que han participado en este proceso, y  que se han entregado al éxito del mismo
  Segunda, hemos actuado para favorecer la integración social de  los inmigrantes con la aprobación de un fondo especial de 120 millones de euros,  recogidos en los Presupuestos de 2005, para ayudar a las distintas  Administraciones afectadas y especialmente, como es lógico, a aquellos ámbitos  territoriales, a aquellas Comunidades Autónomas, donde ha habido un proceso más  importante de regularización desde el punto de vista cuantitativo. 
  Otra profecía más que no se cumple. No sobrevino el  Apocalipsis. Hay 700.000 personas hoy con deberes y derechos, hay orden donde  recibimos desorden. No hay desastre, hay Ley y legalidad para todos los  trabajadores y empresarios en este país.
  Hablé también hace un año del derecho a la cultura y de la  protección de los derechos de los creadores. Hemos aprobado un Plan de Fomento  de la Lectura, hemos puesto en marcha un plan para combatir la piratería que  aflige a la industria musical y cinematográfica, y estamos desarrollando un  amplio e intenso programa, como no podía ser de otra manera, de conmemoración  del IV Centenario de la publicación de "El Quijote" con la cooperación  entusiasta de Administraciones y entidades diversas, y la participación activa  de cientos de miles de ciudadanos. El mejor homenaje a nuestra obra universal lo  ha hecho el pueblo comprando y leyendo "El Quijote" más que nunca en nuestra  historia.
  Y hablé también hace un año del derecho de los ciudadanos a  disfrutar de una información veraz y objetiva.
  Tal y como había prometido, el Gobierno constituyó un Comité de  Expertos para que propusiese las bases de la reforma de los medios de  comunicación públicos. El Comité realizó eficientemente su labor y antes del  verano el Gobierno remitirá al Parlamento la Ley que consagra la definitiva  independencia de los medios de comunicación públicos, a la vez que dispone los  mecanismos para su sostenimiento financiero y el cumplimiento de sus  obligaciones como servicio público. Dije hace un año que la televisión de  partido tenía sus días contados. Así ha sido, Señorías, para dicha de todos;  también, de la oposición.
  Con idéntico propósito hemos aprobado el Proyecto de Ley de  Publicidad y Comunicación Institucional que prohibirá las campañas de autobombo  y el favoritismo en la contratación de la publicidad institucional. Romperemos  también, así, con uno de los peores hábitos recientes de una democracia, porque  una democracia no es del todo sana, Señorías, si los Ministros se hacen  publicidad con el dinero de los contribuyentes.
  Señor Presidente,
  Trabajamos por una España europea comprometida con la paz, por  una economía más eficiente y con más empleo, por una sociedad cohesionada,  trabajamos por una España tolerante y culta, y trabajamos, además, por una  España segura.
  Habíamos comprometido el aumento decidido de los efectivos de  los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En este año hemos creado 5.575  plazas para la Policía y 4.079 para la Guardia Civil, lo que supone, en  conjunto, 2.320 plazas más que el año anterior.
  Por otra parte, nos habíamos comprometido a mejorar sus  retribuciones en un proceso progresivo de equiparación con otros servicios  policiales. Es ya un hecho tras el Acuerdo suscrito con todos los sindicatos  policiales que contempla un plan de mejoras salariales para cuatro años que,  obviamente, se extenderá de inmediato a la Guardia Civil.
  La seguridad ciudadana mejora de manera paulatina. Así, la tasa  de criminalidad ha descendido en datos de marzo de 2005: frente a las 51''3  infracciones penales por mil habitantes cometidas en 2002 y 2003 a las 48''9 en  2004 y en 2005 se ha situado ya en un 48''3. La tasa de eficacia policial  también se ha incrementado al pasar del 27''6 por 100 de esclarecimiento de  infracciones en 2003 a un 29 por 100 en 2004-2005.
  Un ámbito en el que el compromiso con la seguridad ha sido  especial y continuará siéndolo es el de la seguridad vial, la causa mayor de  muertes en nuestro país de forma no natural Hemos, efectivamente, reducido las  muertes en accidentes de tráfico en 2004 en un 12''7 por 100 respecto a 2003  (513 fallecidos menos) y en 2005 esas cifras las hemos reducido en un 2''8 por  100 adicional hasta la fecha. Las campañas informativas, los nuevos medios de  vigilancia y control, y la entregada labor de la Agrupación de Tráfico de la  Guardia Civil han sido ejemplares y decisivas para la obtención de estos  resultados.
  La implantación próxima del carné por puntos contribuirá, estoy  seguro, a extremar la diligencia de los conductores y, de este modo, a reducir  la siniestralidad de nuestras calles y carreteras, aunque muertes y heridos en  accidentes de tráfico resulten siempre daños insoportables, innecesarios y  excesivos.
  La protección de los derechos de los ciudadanos la hemos  atendido también mediante planes de seguridad específicos dirigidos a paliar  índices de accidentes que debemos empeñarnos en reducir y eliminar. Así, el  Gobierno ha aprobado sendos Planes contra la Siniestralidad Laboral y de  Seguridad Marítima para buques pesqueros y sus tripulaciones. La siniestralidad  laboral en nuestro país sigue arrojando cifras inaceptables.
  Quiero, por cierto, aprovechar para transmitir mi condolencia,  que seguro que será la de toda la Cámara, por los cuatro trabajadores que hoy  han fallecido en las actividades de la empresa Navantia.
  Para que una sociedad funcione, el servicio público de la  Justicia ha de funcionar de manera mucho más eficaz de lo que lo ha venido  haciendo tradicionalmente en España. Es casi un mal endémico. Anuncié que sería  una prioridad de este Gobierno y hemos empezado ya. 
  En los Presupuestos Generales del Estado para 2005 se recoge el  mayor incremento de órganos judiciales de los últimos quince años: 250. A ello  se une el aumento en 125 de las unidades de fiscalía existentes y todo se  acompaña del mayor incremento presupuestario dedicado a la justicia gratuita:  más del 50 por 100 que el año anterior.
  A lo largo de 2005 pondremos en marcha los juicios rápidos  civiles para reducir a días la ejecución de las órdenes de desahucio de los  arrendamientos morosos, lo que contribuirá a impulsar el mercado del alquiler.  También aplicaremos juicios rápidos civiles a las demandas de divorcio y  fomentaremos una Justicia de proximidad.
  Antes del otoño elaboraremos el Proyecto de Ley de reforma de  la Ley Orgánica del Poder Judicial, con el fin de redefinir la casación ante el  Tribunal Supremo, de modo que, manteniendo su supremacía, se le encomiende la  unificación de doctrina, a la vez que se reconoce la condición de última  instancia ordinaria a los Tribunales Superiores de Justicia, de acuerdo, por lo  demás, con el diseño autonómico del Estado.
  En fin, el Ministro de Justicia presentará en los próximos días  un amplio e inclusivo Plan de Implantación de la Oficina Judicial. El Plan  comporta, en los próximos dos años, un coste total de cien millones de euros en  el ámbito de competencia estatal.
  En lo que concierne a la Administración General del Estado, un  instrumento fundamental será la creación de la Agencia de Evaluación de la  calidad de los servicios y de las políticas públicas, como también lo será el  nuevo y esperado Estatuto de los Empleados Públicos, cuyas bases se han  presentado hace tan sólo unos días.
  Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
  En este año hemos trabajado por una España europea, por mejorar  la economía, por aumentar las políticas sociales, por hacer de la tolerancia la  norma de convivencia en nuestro país, por apoyar a la cultura, por dar más  seguridad a los españoles y también por una vida pública renovada.
  En el Debate de Investidura propuse una reforma limitada de la  Constitución. Afirmé entonces, y reitero hoy, que la Constitución es patrimonio  de todos; que cada generación tiene derecho, manteniendo su esencia, a pretender  adaptarla a sus necesidades y aspiraciones, y que el mejor síntoma de su  fortaleza es la naturalidad con la que se aborda su reforma. 
  Con esa naturalidad hemos solicitado al Consejo de Estado un  informe sobre los contenidos y concreciones de la reforma constitucional con el  fin de elaborar el correspondiente proyecto y proceder a su tramitación  parlamentaria en el próximo año. La reforma versará, como ya conocen, sobre los  cuatro aspectos contenidos en el programa electoral y en el discurso de  investidura: primero, igualdad de la mujer en el acceso a la Jefatura del  Estado; segundo, transformación del Senado en una Cámara de representación  territorial; tercero, inclusión de las Comunidades Autónomas en nuestro  enunciado constitucional y, cuarto, consagración de nuestra integración en  Europa.
  En estos meses, además, el Gobierno, en ese afán de renovar la  vida pública, ha desarrollado una activa presencia en el Parlamento que se ha  convertido en centro de la vida política, como es de rigor en una  democracia.
  Señorías,
  Me he sometido personalmente a las sesiones semanales de  control con una asiduidad absoluta: 71 han sido las preguntas orales que he  contestado en esta Cámara en el primer año y 14 en el Senado --por primera vez  un Presidente del Gobierno contestando preguntas en el Senado--; ninguna de esas  preguntas han sido formuladas, por cierto, por miembros del Grupo Socialista, el  que sostiene a la mayoría, instaurando, creo, un precedente positivo. Es decir,  he respondido en el primer año de Legislatura a 85 preguntas de control frente,  por ejemplo, a las 50 del primer año de la Legislatura anterior, con preguntas  del Grupo que sostenía al Gobierno.
  En el Senado, por primera vez en nuestra reciente historia, he  comparecido para explicar el programa de Gobierno inmediatamente después de  obtener la investidura y también, como acabo de señalar, he contestado las  preguntas de control parlamentario una vez al mes.
  También por primera vez he comparecido, como Presidente del  Gobierno, ante una Comisión de Investigación constituida en el Congreso y lo he  hecho pese a tratarse de asuntos anteriores a mi acceso a la Presidencia del  Gobierno.
  He mantenido, por otra parte, en ese objetivo de renovar la  vida pública, que tiene como uno de los elementos centrales el diálogo político,  veintiséis entrevistas con los líderes de las formaciones políticas con  representación en esta Cámara en este primer año de legislatura.
  Igualmente, he celebrado 35 reuniones bilaterales con  Presidentes autonómicos, en las que he intercambiado opiniones y proyectos con  todos ellos, al margen de la reunión que todos mantuvimos con ocasión de la I  Conferencia de Presidentes.
  Una muestra más de diálogo y colaboración institucional ha sido  la colaboración recíproca que hemos establecido para el apoyo institucional y  financiero a la celebración de importantes eventos tales como la Copa América en  Valencia, la Exposición Internacional en Zaragoza o el soporte entusiasta a la  candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de 2012.
  Por tanto, primera vez que el Presidente no responde a  preguntas de su grupo; primera vez que comparece en el Senado tras la  investidura; primera vez que responde preguntas en el Senado; primera vez que  celebramos la Conferencia de Presidentes de Comunidades Autónomas. Creo,  Señorías, que no está mal para el primer año de Legislatura.
  Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
  En el discurso de investidura se encontraban los elementos  esenciales del proyecto que el Gobierno defiende en relación con el desarrollo y  el perfeccionamiento del modelo de Estado diseñado en la Constitución; un modelo  de Estado que, en último término, refleja el concepto mismo de España que la  Constitución reconoce, acepta y adopta: la España plural e integradora.
  Entonces afirmé que, a mi juicio y a juicio del Gobierno,  reformar los Estatutos es optar por vivir dentro de ellos, es aplicar la  Constitución y, en consecuencia, anuncié que apoyaríamos las propuestas de  reforma ya en aquel momento en marcha en distintas Comunidades Autónomas. Sólo  expresé en el discurso de investidura dos condiciones, que reitero ahora: el  respeto, por supuesto, al procedimiento y a los valores y principios  constitucionales, y, por otro lado, que las reformas de los Estatutos vengan  avaladas por un amplio consenso político y social.
  Hemos mantenido una postura coherente con nuestra aceptación de  la profunda diversidad que caracteriza, hoy y ayer y con seguridad mañana, esta  realidad histórica que generaciones y generaciones llamaron, llaman y llamarán  España y a la que sienten como la patria común de todos cuantos habitan sus  territorios. Éste es mi sentimiento, éste es mi convencimiento y ésta es mi  obligación como Presidente del Gobierno de la nación.
  Señorías,
  Estamos ejerciendo el Gobierno del Estado de las Autonomías de  una manera distinta. Lo hemos hecho en el marco de la Constitución, sin la  búsqueda de la confrontación, desde el respeto institucional, con la convicción  de que la cooperación y el diálogo permiten el ejercicio integrado de las  competencias que la Constitución, los Estatutos y las leyes atribuyen a las  distintas instancias de poder.
  También se ha podido institucionalizar un nuevo foro de  encuentro y entendimiento, al que doy el máximo valor: la Conferencia de  Presidentes autonómicos.. 
  Las Comunidades Autónomas se han integrado, además, en las  delegaciones españolas que participan en los Consejos de Ministros de la Unión  y, a través de sus respectivos Presidentes, han podido participar, por primera  vez, en las Cumbres bilaterales mantenidas con nuestros Estados fronterizos y  amigos.
  En fin, hemos podido interiorizar como propia la defensa del  reconocimiento de las lenguas que tienen carácter cooficial en algunas  Comunidades para su uso en el seno de la Unión Europea. Creo que este empeño  llegará a buen puerto.
  Así lo hemos hecho y lo hemos hecho porque ése es nuestro  proyecto y ése es nuestro modelo.
  Con estos antecedentes nuestro proyecto es fácil de enunciar.  Se apoya en dos principios; ambos, de la misma importancia.
  El primero es que, de acuerdo con la Constitución, podemos y  deseamos ampliar la capacidad de autogobierno de las Comunidades Autónomas, de  aquellas que lo deseen. Ello comporta la aprobación, además, de un sistema  financiero estable, que proporcione recursos suficientes para poder ejercer con  rigor y calidad las competencias antiguas o las nuevas. 
  El segundo principio es que, de acuerdo con la Constitución,  podemos y deseamos garantizar que el Gobierno de la nación está en condiciones  de desempeñar, con rigor y calidad, las funciones superiores que el texto  constitucional a él y sólo a él encomienda: las que se identifican con el  concepto mismo del Estado y las que le permiten asegurar la igualdad, la  cohesión y la solidaridad entre los españoles, por lo que le corresponde la  capacidad de dictar bases sobre las materias que la Constitución así le  atribuye.
  Esto supone, en consecuencia, que es necesaria, además de ese  proceso de reforma de los Estatutos en las condiciones que acabo de exponer, una  revisión del actual sistema de financiación autonómica para asegurar su  suficiencia y para permitir a cada una de las instancias de poder --Estado y  Comunidades Autónomas-- el ejercicio comprometido de su responsabilidad sobre  sus propias decisiones fiscales y el correspondiente nivel de los servicios que  esté obligado o dispuesto a prestar. 
  Así, les anuncio que en la próxima Conferencia de Presidentes  abordaremos, en primer término, la mejora de la financiación sanitaria y las  bases de la revisión del modelo general de financiación autonómica. El objetivo  del Gobierno es que la revisión que afecta a la sanidad, que es sin duda alguna  la necesidad más perentoria, se incorpore a los Presupuestos de 2006 después de  un acuerdo general por el que el Gobierno va a trabajar sin descanso, y el nuevo  modelo de financiación, más allá de los diálogos bilaterales que se  establecerán, se acordará multilateralmente en el seno del Consejo de Política  Fiscal y Financiera para, posteriormente, conforme a lo que establece la  Constitución, convertirse en la correspondiente reforma legislativa durante  2006.
  Éstas son las reformas del modelo territorial que el Gobierno  defiende. Se acomodan, a nuestro juicio, con lo que España necesita, con lo que  necesitan las Comunidades Autónomas en su vocación de construcción de más  autogobierno y de mejor financiación, y con lo que la Constitución permite y  prevé. Invito a todos los grupos políticos a que lo desarrollen y apliquen con  nosotros.
  Señor Presidente,
  En esta fase del discurso quiero decir que el proyecto que  acabo de exponer exige un cambio demorado también y pospuesto durante demasiado  tiempo: la consideración de municipios y ciudades. Convencidos de ello, hemos  elaborado el primer Borrador del Libro Blanco para la reforma del Gobierno Local  y hemos constituido la Conferencia Sectorial de Asuntos Locales, pasos ambos en  la dirección del proceso de descentralización y mejora de financiación en el  ámbito local.
  Señor Presidente, señoras y señores Diputados,
  Hace poco más de un año, una mayoría de la Cámara me otorgó la  confianza en la investidura. La sociedad española demandaba paz, seguridad,  confianza, honestidad y cambios para una nueva etapa de esperanza. Fue una  demanda que recayó mayoritariamente en el Partido Socialista, pero con el  mandato de que tratara de conseguir estas metas contando con todos.
  Para avanzar en esos objetivos me otorgaron la confianza los  Grupos Parlamentarios de Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda  Unida-Iniciativa per Catalunya, Coalición Canaria, Bloque Nacionalista Gallego y  Chunta Aragonesista, además, lógicamente, del Grupo Socialista. A todos ellos  quiero reiterar mi agradecimiento por aquella confianza en la investidura y  también por el trabajo que hemos hecho este año de Legislatura. Otros, como  Convergència i Unió, Partido Nacionalista Vasco, Eusko Alkartasuna y Nafarroa  Bai nos mostraron comprensión, pero no su apoyo, en tanto que el Partido  Popular, comprensiblemente, votó en nuestra contra.
  Con quienes nos apoyaron hemos conseguido trabajar en una  orientación social progresista. Con todos los demás hemos conseguido alcanzar  algún punto de encuentro y mi deseo es que esos puntos de encuentro sean  mayores. Ése es el ánimo que me guiará el resto de la Legislatura y a ello me  comprometo.
  Señorías,
  Los Gobiernos están para reconocer y aceptar que hay problemas,  para tratar de entenderlos e interpretarlos, y para intentar resolverlos, no  para disimularlos o para ocultarlos; no para crearlos; en ningún caso para  exacerbarlos. Los Gobiernos están para dialogar, escuchar y respetar. El  Gobierno constituido hace un año se ha esmerado por comportarse de acuerdo con  esos propósitos y en cumplir sus compromisos para mejorar España. No siempre  hemos acertado, pero siempre que eso ha sucedido, o al menos casi siempre, lo  hemos reconocido y hemos pedido disculpas a los ciudadanos.
  Señor Presidente,
  Al concluir el discurso de investidura afirmé que ciertos  sueños merecían ser soñados y que algunas utopías, aún inalcanzables, merecían  ser perseguidas, porque unos y otras nos marcaban el horizonte y el sentido de  nuestra acción. Hay logros que hace sólo un tiempo se nos antojaban utopías y  que hoy son ya realidades. A otros podremos aproximarnos a lo largo de la  Legislatura. Junto a unos y otras, nuevas metas de progreso y de libertad  aparecen en el horizonte de nuestra sociedad.
  He comprobado muchas veces en este año cuánta sensatez, cuánta  generosidad y cuánto talento albergan nuestras gentes. Si el país funciona, y  funciona bien, es gracias a ellos, gracias a todos. 
  Nuestros cimientos son sólidos y nuestro horizonte,  esperanzador. Podemos ser un país económicamente competitivo y, al tiempo,  socialmente cohesionado. Podemos ser un país políticamente unido y respetuoso y  reconocedor de la diversidad, un país de ciudadanos tolerantes y seguros.  Podemos ser un país solidario con el resto del mundo y autónomo en la defensa de  nuestros intereses. Podemos ser todo eso; pero lo más importante, lo que más  debe estimularnos, es constatar que los hombres y las mujeres de nuestro país  quieren caminar hacia ese horizonte y esperan, sencillamente, que su Gobierno,  que el Gobierno que han elegido, les ayude en su empeño, que esté de su parte.  Para eso trabajaremos cada día, mientras los españoles así lo quieran.
  Muchas gracias.